Dentro de las actividades de celebración del Octubre Urbano promovido por ONU Habitat, la plataforma UHPH realizó el Vi-Lab “el futuro de la vivienda social: innovación, financiamiento y regulación”, con la participación de entidades multilaterales y organizaciones especializadas en producir soluciones para incrementar el acceso a la vivienda de interés social alrededor del mundo.
Octubre Urbano es un mes de reuniones, debates y eventos emocionantes que centran la atención del mundo en los problemas urbanos y el desarrollo sostenible. Se anima a las personas, organizaciones, ciudades, comunidades y gobiernos de todos los niveles para que participen en actividades que destacan los desafíos y las soluciones relacionados con las ciudades, los pueblos y las comunidades.
En primer lugar, Diego Aulestia, jefe de la unidad de Asentamientos Humanos de la CEPAL, mostró las diferentes dimensiones de la innovación en la construcción de vivienda y ciudad. Se incluye el reconocimiento de nuevos patrones de consumo, el aumento de productividad a través de la vinculación de cadenas locales de producción, el uso de nuevas tecnologías soportadas en regulación e incentivos de gobierno, el uso de materiales alternativos que aumenten la sostenibilidad de las edificaciones construidas. En todos estos frentes América Latina tiene ejemplos positivos, lo que llama la atención sobre la necesidad de un mayor intercambio de experiencias para profundizar su adopción.
Por su parte Johann Baar, director de la fundación Hilti, especializada en soluciones de vivienda para hogares de menores ingresos, describió los tres retos principales para profundizar la innovación en el sector: los bajos incentivos a la transformación en las cadenas de producción de vivienda en los países en desarrollo, la ausencia de estándares constructivos que promuevan las innovaciones, y los limitados recursos de investigación y desarrollo (R&D por sus siglas en inglés) dedicados al sector. Lo anterior llama a una acción más proactiva de los gobiernos en el acompañamiento al sector privado, que permita obtener mayores niveles de productividad y sostenibilidad a lo largo de la cadena del sector vivienda.
Scott Merrill, director del centro Terwilliger para innovación de Hábitat por la Humanidad, recordó que la innovación no son solo nuevos productos habitacionales o métodos constructivos, son también el acceso al financiamiento para lo que denominó el segmento “invisible”, que no puede acceder a los mercados formales de crédito. En esa medida resaltó la importancia de vincular al sector privado en los programas de subsidios, para generar círculos virtuosos de innovación en productos financieros. Adicionalmente llamó la atención sobre la necesidad de generar soluciones de vivienda que sean realmente aspiracionales para los hogares de menores ingresos, para aumentar la apropiación y el interés de las comunidades.
José Pinto Duarte, del centro Stuckeman de Penn State, mostró las posibilidades que ofrece la tecnología en el mejoramiento de viviendas y barrios en el mundo en desarrollo. A través de la plataforma World Studio de la universidad se desarrollan modelos en tercera dimensión de asentamientos informales, que posteriormente permiten realizar rediseños de las viviendas, los espacios comunitarios y la infraestructura, aprovechando tecnologías de punta como la impresión 3D.
Elizabeth Hausler, fundadora y presidente de Build Change, mostró los avances de su organización en el mejoramiento de la vivienda y estructuras educativas alrededor del mundo. Más de 93.000 unidades han sido protegidas contra desastres naturales. Elizabeth resalta la necesidad de acelerar los programas de mejoramiento de vivienda en América Latina. Desde la experiencia de su organización, encuentra que el mejoramiento permite garantizar una vivienda adecuada a una familia vulnerable, por un 23% menos del costo de una nueva unidad habitacional.
Finalmente, Eduardo López Moreno, Dirección de Investigación y Construcción de Capacidades de ONU-Hábitat, advirtió que las políticas de vivienda en los países en desarrollo han tenido dificultades para profundizar el acceso a vivienda de los hogares más vulnerables. Menos del 12% de las viviendas producidas en el mundo en las últimas dos décadas eran asequibles para personas en situación de pobreza. Adicionalmente, la pandemia dibujó nuevos mapas de vulnerabilidad en las ciudades, que reforzaron la necesidad de contar no solo con viviendas adecuadas, sino también con barrios con opciones de recreación, servicios sociales y buena movilidad. En ese sentido, ONU Hábitat hace un llamado por el mejoramiento integral de barrios como complemento necesario a las políticas de vivienda.